La transformación digital en el sector de la automoción implica que el coche moderno sea un complejo conjunto de potentes unidades informáticas, sensores, actuadores y sistemas mecánicos y mecatrónicos. La importancia creciente del software está aumentando la complejidad de las interacciones entre hardware, software y sistemas físicos. Las metodologías actuales de desarrollo de software son incapaces de gestionar las numerosas y complicadas interfaces ciberfísicas de los coches actuales.
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